Fomentando el desarrollo de los niños durante las vacaciones de verano

Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre (Jean-Jacques Rousseau) 

Ha llegado el verano y con ello las vacaciones de los niños. Después del intenso esfuerzo que han realizado durante los meses de colegio llega el momento de que disfruten con nosotros de todo lo que este periodo tan especial tiene para ofrecernos.

Aquí unas sugerencias para que niños y niñas de entre 6 y 9 años disfruten a tope:

He llegado por fin a lo que quería ser de mayor: un niño (Joseph Heller) 
 

1. El verano es para disfrutar y descansar lo más posible 


Estos meses es aconsejable que vayan un poco más a su aire, sin horarios rígidos, que duerman más y que jueguen todo el tiempo. Recordemos que para ellos jugar no es perder el tiempo, es necesario para su correcto desarrollo físico y emocional.


 Nunca es demasiado tarde para tener una infancia feliz (Tom Robbins) 

2. Que ayuden en las tareas de casa 


Este periodo en el que tienen menos obligaciones y pasan más tiempo con nosotros, tiene que ser aprovechado para que realicen pequeñas tareas que contribuyan a su desarrollo personal, que no descuiden las tareas del hogar que hacían hasta entonces o quizá sea buen momento para iniciarse en ellas (dependiendo de su edad), por ejemplo, ayudando a poner la mesa, recogiendo sus juguetes, o cocinando algo sencillo.
También fomentar su autonomía, por ejemplo, vistiéndose solos, haciendo su aseo personal...

Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz (Agatha Christie) 

3. Hablar mucho con ellos y escucharlos 


En esta época pasamos más tiempo con nuestros hijos y debemos aprovechar para conversar más con ellos. Es necesario que hablen, que se expresen libremente y que se sientan escuchados.

A los niños les encanta hablar en público y sentirse protagonistas, por ello, les pediremos que realicen alguna actividad sencilla, como por ejemplo, memorizar y recitar una poesía, cantar una canción delante de familiares y amigos, un pequeño teatrillo entre los hermanos... Aprenderán a desarrollar sus habilidades y competencias, y se sentirán escuchados.

También hablar sobre sus sentimientos es positivo para ellos. Preguntarles cómo se sienten, qué emoción han tenido en un momento determinado les ayudará a conocerse y a tener más conciencia de sí mismos.

Una de las trampas de la infancia es que no hace falta comprender algo para sentirlo. Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas (Carlos Ruiz Zafón) 

4. Repasar sus conocimientos de forma divertida 


Aprovechemos el día a día para repasar los conocimientos que han adquirido hasta el momento, por ejemplo, dibujar en la arena de la playa o poner una frase que les guste, pagar el pan o el periódico y calcular las cuentas que les tienen que dar, fijarse en los carteles de la calle y leerlo en voz alta, salir a ver las estrellas y buscar la estrella polar...
En definitiva, motivarles en el día a día y hacerles ver la parte práctica de todo lo que van aprendiendo.

Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños (Khalil Gibran) 

5. Fomentar un rato de lectura cada día 


A partir de los 6 años, los niños ya han aprendido a leer y necesitan practicar mucho para tener agilidad y, sobre todo, coger el hábito de la lectura. Un ratito cada día puede marcar la diferencia entre mejorar o empeorar su capacidad lectora. Es muy importante que también nos vean leer, por eso, es ideal marcar un momento del día o dos para leer, por ejemplo, después de comer y antes de acostarse.

Podeis crear vuestro propio rincón de la lectura y utilizarlo todos en el mismo momento, así os asegurais calma y silencio para disfrutar de la lectura a la vez.

La infancia es la etapa en que todo se construye. De ahí la importancia de una educación personalizada y de calidad (Paulo Freire)



6. Fomentar la capacidad de disciplina 


Una manera de no perder soltura durante los meses de verano es repasar las principales materias que han aprendido, por ello y para hacerlo de manera lúdica, les pondremos la tarea de sentarse a escribir o hacer cuentas un ratito cada día. Sin forzarles. Si es necesario, sentarnos con ellos para que les motive más.

Con esto propiciaremos una capacidad super importante para su desarrollo personal como es la disciplina, el hábito de sentarse tranquilamente a realizar una actividad escrita una vez al día. Por ejemplo, pueden hacer un dibujo bonito, escribir en su diario cómo han pasado el día anterior, realizar operaciones sencillas de matemáticas, que hagan un animal con papiroflexia, recorten figuras de una revista y hagan un collage con ellas, etc. Actividades que fomenten la disciplina hay tantas como se os ocurran.

La infancia te demuestra que no necesitas grandes cosas para disfrutar y ser feliz (Anónimo)

7. Acercarse a la naturaleza 


Un aspecto fundamental del verano es la naturaleza. Los niños necesitan sentirla, tocarla, vivirla, experimentarla. Pisar el césped o la arena de la playa descalzos, hacer pequeñas rutas de senderismo por la montaña, bañarse en lagos, pozas, manantiales de agua pura, escuchar el canto de los pájaros, recoger piñas o pequeñas piedras, aprender cómo crece una planta…

Después de pasar meses de vida sedentaria, sobre el asfalto y el entorno urbano, tener contacto con la naturaleza les permitirá sentir el aire libre, la sensación de libertad y podrán moverse libremente. Vivirán experiencias vitales que les marcarán para siempre y les ayudará en su autoestima, en su autonomía, en sus relaciones sociales, etc.

Una clase magistral tradicional tiene todos los ingredientes para un aprendizaje superficial. ¿Cuándo nos daremos cuenta de que los niños aprenden jugando, haciendo, experimentando? (Bertrand Regader) 



8. Hacer actividades culturales 


El verano es una época estupenda de sol y luz y en la que la vida social está en la calle. Aumenta el número de actividades para disfrutar, por ejemplo, visitar una exposición de arte, un museo, un pueblo cercano, una granja/zoo, un concierto al aire libre, ir a una sesión de cine de verano o ver teatros callejeros. Todo lo que sea realizar en familia y que suponga aprendizaje y diversión será fundamental para su bienestar.

 La niñez es la etapa en que todos los hombres son creadores (Juana de Ibarbourou) 

9. Poner normas de uso para los dispositivos electrónicos 


En esta era de lo digital, los dispositivos electrónicos están cada vez más al alcance de los niños y cada vez a edades más tempranas. Por eso, aunque no debemos prohibirles su uso, sí debemos restringírselo con unas normas muy claras de utilización y frecuencia de uso.

Es recomendable no utilizarlos como premio o castigo, para no darlo más peso sobre el resto de juegos o actividades que fomentan su creatividad y que son fundamentales para su desarrollo.
La tecnología está bien que la usen pero con mucha moderación.

Si llevas tu infancia contigo, nunca envejecerás (Tom Stoppard)

10. Disfrutar mucho con ellos 


Reconectar con nuestra esencia y dejar libre la imaginación, el cuerpo, los sentidos… permitirse disfrutar y ser niño de vez en cuando, para vivir experiencias únicas con nuestros hijos y conectar de corazón a corazón.

¿Se os ocurre alguna otra actividad o recurso para que vuestros hijos disfruten y aprendan en verano?


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Lo que das, te lo das. Lo que no das, te lo quitas (A. Jodorowsky)